Es frecuente que un solo incisivo se coloque por detrás de los dientes inferiores.
Aunque a los padres les preocupa la estética, el auténtico problema está en el desvío mandibular que crea la interferencia de ese incisivo, y las alteraciones que ello puede provocar para el crecimiento armónico de los huesos maxilares, en la articulación mandibular (ATM) y en los incisivos inferiores (pueden aparecer recesiones).
Esta maloclusión de un solo diente se corrige muy fácilmente, en muy pocos meses, y con un aparato muy simple, pero para el que es imprescindible la colaboración del paciente.
El objetivo sólo será colocar un diente por lo que no evitará el futuro tratamiento con brackets cuando salgan todos los dientes.
Se debe diferenciar estos casos de cuando son todos los dientes anteriores los que están por detrás, ya que entonces el problema no es dental sino del hueso, por lo que el tratamiento y pronóstico será muy diferente.
Todos los incisivos cruzados
Cuando son todos los incisivos lo que están en mordida cruzada entonces el problema reside en el hueso maxilar (que es hipoplásico: más corto y más estrecho), no en los dientes.
La causa suele ser genética ( alguno de los progenitores también lo suele tener)
El crecimiento además lo va a acentuar: la mandíbula es la parte del cráneo que crece durante más tiempo; por lo que son pacientes que hasta los diecisiete años van a necesitar controles de ortodoncia.
Para los casos no muy graves suele ser útil una primera fase de tratamiento cuando han erupcionado los incisivos, durante un año aproximadamente para intentar desarrollar la maxila y generar una mordida normal que favorezca un crecimiento armónico de la maxila. Se emplea un tornillo de disyunción (para ensanchar), una Máscara facial (para protraer) y en ocasiones también los brackets.
La segunda fase será a partir de los catorce años y según el desfase óseo se valora la necesidad de extracciones o de una corrección del hueso (tratamiento ortognático).
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